Nuestras fiestas
Nuestras fiestas
Nuestras fiestas
- Carme do Castelo: tiene lugar el tercer domingo de julio. La procesión, que originariamente era marítima, tiene lugar el domingo. Se caracteriza por la celebración de una popular sardiñada (sardinas a la brasa) y por la música y baile tradicionales que se suceden a lo largo de todo el fin de semana y que culminan con la celebración de un serán (reunión nocturna de carácter festivo) en el que participan los grupos de música tradicional de la localidad.
- Carme dos Pincheiros: se celebra el fin de semana que coincide con el tercer domingo de agosto, día en el que tiene lugar la procesión. Los pincheiros eran marinos que se dedicaban al arte de pesca del pincho, la cual se empezó a utilizar en la ría de Arousa en el s. XVIII. En agosto era cuando se terminaba la campaña, motivo por el cual se “trasladó” la celebración en honor a la Virgen del Carmen, para que la gente del mar no se la perdiera. Hoy en día es una de las fiestas más concurridas de A Pobra, al coincidir con el momento álgido de la temporada estival. Lo más característico, además de las agrupaciones de música tradicional y de los conciertos de bandas de música de toda Galicia, son las comparsas de gigantes y cabezudos que alegran con sus bailes las principales plazas del centro de la villa y también la celebración de los San Juerguines, en la que participan agrupaciones formadas por la juventud de la localidad y que culmina con la popular “fiesta del agua”.
- Nazareno: declarada Fiesta de Interés Turístico Gallego en el año 2000, es, sin duda, la festividad más popular de todas cuantas tienen lugar en A Pobra do Caramiñal. Estas fiestas tienen una duración de 4 días, si bien el día grande es aquel en el que tiene lugar la procesión que se celebra cada tercer domingo de septiembre y que data del s. XV. Cuenta la leyenda que el regidor de A Pobra do Deán por aquel entonces condenó a muerte a cuatro salteadores y en la víspera de la procesión cayó gravemente enfermo. Tras recuperar la salud, se presentó en la procesión vistiendo su mortaja y ordenó a los condenados a que portasen su ataúd durante la misma. Una vez finalizada, y como gratitud al Nazareno, el regidor los indultó. Hoy en día, miles de fieles acuden a A Pobra do Caramiñal para presenciar una de las procesiones más peculiares de Galicia, pues el santo sigue procesionando acompañado de un desfile de ataúdes vacíos que preceden a los devotos que esquivaron a la muerte gracias a su intervención. Esta no deja de ser una imagen impresionante para creyentes y escépticos pues, aunque la muerte está muy presente, no es más que la imagen clara del triunfo de la vida.